Shobha Rao es una escritora de origen indio criada en Estados
Unidos. En 2014 fue galardonada con el Premio Katherine Anne Porter de Ficción,
otorgado por el Nimrod International Journal.
Actualmente tiene una beca de la Fundación
Elizabeth George. Su relato «Kavitha y
Mustafa» fue elegido por T.C. Boyle para ser incluido en The Best American Short Stories 2015. La
autora vive en San Francisco. Una mujer
desposeída es su primer libro de relatos.
¿¿Qué podemos
encontrar en Una mujer desposeída??
Cuentos buenos, alguno morboso, habrá el que te deje
indiferente o el que tiene un final difícil de comprender —si es que hay
comprensión posible— y, sobre todo, encontraremos muchas narraciones duras y
crueles.
La dureza es la gran característica presente. Mucha dureza.
A rabiar. Presencia constante de abusos infantiles, violaciones y perversidad…
Ni la buena suerte podrá salvar a los personajes de las historias. El cabrón de
Murphy —en forma de personas sin ética— estará en cada rincón para jugar
auténticas malas pasadas a los protagonistas.
Los cuentos de Shobha Rao son un retrato frío y egoísta del
ser humano. Este, por norma, es un ser que actúa con la curiosidad de un
cazador, sin diferenciar el bien del mal, como un delfín que juega con su presa
antes de matarla.
El mal es semilla del mal. La mayoría de los personajes
sufren abusos —generalmente sexuales siendo niños—, luego, cuando tienen
posibilidad, imponen su ley a los demás en cuanto sienten deseos o impulsos. Es
decir, el abusado se convierte en abusador. Una cadena que se repite. Se
representa a un ser humano capaz de hacer lo que le viene en gana con tal de
obtener sus deseos, sin reparar en las consecuencias y el daño.
La peculiaridad de los cuentos que nos presenta Shobha Rao es
que tienen cierto nexo, se repiten personajes de uno a otro cuento, como una
historia continua: la vida misma.
Me ha gustado leer este libro, aunque se componga de
historias muy, pero que muy, tristes y dramáticas, con personajes que raramente
buscan la felicidad, más bien, buscan sobrevivir, incluso en su desgracia
—repito, como la vida misma—. Los protagonistas permanecen en el pozo ingrato
en el que les ha tocado vivir, aceptando, avergonzados, lo que son; o, quizás,
asumiendo que no hay otras posibilidades, que su sino es lo único que existe:
desaparece casi por completo la opción de alcanzar un mundo mejor. Prefieren
ser cobardes, tener malos sentimientos, ser envidiosos, perversos, crueles,
faltos de moral…
Dice Shobha Rao en uno de sus cuentos “La ira es una jungla sin senderos”. Este debería haber sido el
título del libro, pues es la columna vertebral que conduce los argumentos.
Gente endiablada perdida en sí misma, en sus actos. Solo queda sobrevivir en
medio de esta jungla llena de depredadores.
En definitiva, libro interesante. Un retrato brutal del ser
humano en India y Pakistán, años atrás, cuando separaban sus territorios.
Promete dejar mal cuerpo, pero buen sabor de boca. Al fin y al cabo, a pesar de
todos los males, la vida continua…
Carlos Álvarez
Sinopsis
Muchas vidas cambiaron para siempre cuando el subcontinente
indio fue oficialmente separado en dos países: India y Pakistán. Una viuda de
trece años que encara el futuro cuando su marido es dado por muerto; una madre
primeriza retenida en el lado equivocado de la frontera; una criada ambiciosa
que seduce tanto a su señor como a su señora; una joven prostituta que planifica
en silencio su venganza...
Atrapadas en un mundo de fronteras movedizas exóticamente
lejano pero a la vez peligrosamente parecido al nuestro, las vidas de los
personajes de estos doce relatos se entrecruzan bajo la mirada profunda,
irónica y perturbadora de Shobha Rao, que sigue las huellas de grandes
cuentistas como Lucia Berlin o Jhumpa Lahiri.
Relacionados: Salón
de belleza; Piscinas
vacías
No hay comentarios:
Publicar un comentario