Si hablo de Isabel Amalia Eugenia quizás muchos se queden
con cara de no entender ni jota, pero si digo que estoy hablando de Sissi,
duquesa de Baviera y después emperatriz de Austria, no habrá ninguno que no
sepa de qué hablo. Este símbolo de la realeza al que se ha dado forma, se ha
empaquetado y se nos ha vendido como onzas de chocolate, se casó con su primo Francisco
José I de Austria. Tuvieron cuatro hijos: Sofía, Gisela, Rodolfo y María
Valeria. Y aquí empieza a afectarles la leyenda negra que pesa sobre los Habsburgo.
Sofía murió a los dos años, de tifus, mal presagio, y Rodolfo, el heredero al
trono imperial, fue hallado muerto de no se sabe qué. Y digo que no se sabe
porque hay varias versiones, nunca esclarecidas: apoplejía, suicidio o
asesinato político. Lo único claro es que lo encontraron muerto por bala,
aunque en un principio se negó y se achacó a una enfermedad. No lo encontraron
solo, con él estaba María, baronesa de Vetsera, su amante, con la cual quería
contraer matrimonio una vez divorciado de Estefanía de Bélgica. Mal asunto.
Todo muy turbio.
Once años después de la siniestra muerte de su hijo y su
amante, en Ginebra, y un año después de la muerte en un incendio de su hermana,
Sofía Carlota, la emperatriz Sissi fue asesinada por un anarquista italiano
cuyo nombre no tenemos por qué recordar, pues los nombres de los asesinos
merecen quedar siempre oscurecidos en la memoria.
En cuanto a su marido, el emperador, ya había sufrido una
serie de desgracias dignas de una hechicera de vudú. Uno de sus hermanos murió
de tifus, el otro, el emperador Maximiliano, fue fusilado en México por las
tropas de Juárez y el tercero terminó exiliado, hay quien dice que por sus
gustos sexuales demasiado inclinados hacia la juventud y a su mismo sexo. Dios
nos libre de culpar a nadie sin pruebas.
Leyendo el libro Las
últimas palabras, de Carme Riera, me he acercado un poco a las desgracias
de esta familia de privilegiados que demuestra sin querer la fragilidad del ser
humano, seas rey o campesino. Vivimos diferentes pero morimos iguales,
golpeados por el puño del destino.
En su libro nos alejamos un poco del tronco puro de los
emperadores para conocer a los Habsburgo desde el punto de vista de Luis
Salvador, primo lejano, hijo del último Gran Duque de la Toscana. Nos
adentraremos en sus viajes a las Baleares, a las que ensalzó y cuyo turismo
impulsó, descubriremos sus libertinos escarceos amorosos y sexuales, los
secretos que guarda sobre su poderosa familia y su visión de los
acontecimientos más duros, como son las muertes de la emperatriz y su hijo y la
del siguiente heredero, Francisco Fernando, asesinato que fue pretexto de la I
Guerra Mundial, llamada por entonces Gran Guerra. También pasaremos de
puntillas por encima de la misteriosa vida de su hermano, Juan Salvador
Nepomuceno, quien desapareció poco después de la muerte del heredero al trono.
Su barco naufragó en Argentina, pero en peculiares circunstancias y jamás se
encontraron los restos. Se sospechó siempre que seguía vivo, viviendo una vida
alejada de la corte imperial y la familia Habsburgo.
El libro de Carme Riera, miembro de la Real Academia
Española, es una confesión escrita, una palabra que se extiende por la
necesidad de desahogar los secretos que se llevan dentro y que impiden morir en
paz. Descubriremos la personalidad de Luís Salvador, un protagonista
caprichoso, egoísta, abusón y excéntrico, valiente en apariencia, cobarde en
realidad. Nos acercaremos a la arbitrariedad con la que actúan los hombres
poderosos y ricos frente al oportunismo y picaresca de los que pasan hambre.
Estos, hombres y mujeres, se muestran dispuestos a lo que sea por ascender a un
mundo del que algunos de sus selectivos miembros quieren huir en apariencia,
pero siempre sin soltarse de la correa que los mantiene, la mano imperial que
les da de comer.
Este libro es una carta, un testamento ficticio, la
necesidad de contar los errores en los que uno ha participado de una manera u
otra. Es una confesión de un hombre libertino, amante de las pasiones carnales
y cobarde a la hora de proceder. Es una depuración del alma, un alivio para
morir en paz, postrado sobre la cama.
Premiado con el Sant Joan, un galardón con 35 mil euros de
recompensa, Las últimas palabras es
una novela corta que genera interés y preguntas. Buenas dosis de lectura y
algunas frases profundas e inteligentes. Engancha en su primer tramo,
desengancha en el segundo. Cabe la posibilidad de que a muchos lectores, a
pesar de su corto tamaño, se les haga largo, anodino, muy superficial, falto de
trama y demasiado simple y común como para ser premiado.
Pasen, vean y juzguen ustedes…
Disfruta de la lectura.
SINOPSIS
El nuevo libro de Carme Riera relata la historia nunca
contada de un personaje fascinante: el archiduque Luis Salvador de Austria.
Novela galardonada con el premio Sant Joan 2016.
Primo de la emperatriz Sissi, hombre refinado y de gran
cultura, ajeno a todo convencionalismo, Luis Salvador de Austria fue expulsado
de su familia -la casa imperial más importante de Europa- y se estableció de incógnito
en Mallorca, donde creó un reino personal paradisíaco.
Defensor de la naturaleza avant la lettre y viajero incansable y misterioso, llevó, sin
embargo, una vida secreta, solo desvelada en estas memorias, dictadas a su
secretario en el lecho de muerte. Cuando ya nada importa porque el final está
cerca, el lector descubre su labor como espía de la corte de Viena, sus ideas
sobre algunos de los acontecimientos que cambiaron el mapa europeo del siglo
XX, su homosexualidad no reconocida y sus múltiples amores, algunos de ellos
trágicos.
Amor, política, historia y leyenda se entretejen en esta
novela apasionante que reflexiona sobre las distancias que se establecen entre
la vida pública y la privada, los hilos que unen la Historia con nuestra
historia y la necesidad de contar la verdad cuando todo se acaba y nada puede
dañarnos.
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