Hasta ahora, no habíamos reseñado ningún libro de la
editorial Alfaguara, y ya era hora. Teníamos ganas. Esta conocida editorial,
cuyo nombre significa “la fuente que mana y corre”, se creó en 1964 bajo la
dirección de Camilo José Cela y sus dos hermanos Juan Carlos y Jorge. A día de
hoy, pertenece al grupo editorial Penguin
Random House y fue a través de su plataforma virtual de autopublicación Megustaescribir.com (para lectores su
equivalente es Megustaleer.com) como descubrieron a la joven escritora Laura
Ferrero, nacida en Barcelona en 1984, que autopublicó el libro Piscinas Vacías y consiguió alcanzar el
top 100 de Amazon. Alfaguara, entonces, decidió apostar por el libro,
añadiéndole algunos relatos más.
Piscinas vacías es
un libro muy bien escrito. En ocasiones, su temática repetida lo convierte en
predecible, pero nunca aburrido. Siempre reaparecen relatos que vuelven a
enganchar al lector y reactivan el interés, incluso llegan a hacerse cortos. Al
fin y al cabo, el libro no es largo. Está formado por relatos independientes de
pocas hojas que, generalmente, ahondan en una reflexión común.
Es una recopilación inteligente y, por tanto, en algunas
épocas lo hubieran considerado peligroso, pues busca hacernos pensar, aunque no
trate de política, sino de amor. Relatos sobre nuestra mente anclada a
relaciones pasadas, a los amores frustrados, pero sobre todo a los actuales, a
las relaciones que se desangran y pierden la soltura, la fuerza, la
espontaneidad y el funcionamiento correcto. En definitiva, relaciones que
pierden la felicidad.
La autora profundiza en la rutina, en el quiero y no puedo,
en lo que tenemos y ya no valoramos y en lo que no tenemos y mitificamos. Y no
solo de amor de parejas trata el libro, también de amor a la vida, a los hijos,
a los padres, a lo que tenemos y no sentimos y a lo que nos falta pero seguimos
sintiendo.
Sus personajes son hombres y mujeres que sufren, que
intentan recuperarse o que no saben cómo hacerlo y, simplemente, aprenden a
convivir con el dolor que les tiene oxidados por dentro. Los hay valientes y
los hay cobardes, según como se mire, pero, en todo caso, la mayoría de ellos
andan metidos en esas Piscinas vacías
que dan título al libro y que representan vacíos que los personajes son
incapaces de llenar.
Habrá que seguir a esta autora de cerca, observar si es
capaz de plasmar su inteligencia emocional y su cercana forma de escribir en
una novela más larga e intensa, como me consta que está haciendo.
Piscinas vacías es
un libro interesante que puedo recomendar a los lectores pasionales que les
gusta mirar un relato de vez en cuando, o llevar en el bolsillo esas piezas
cortas que nos dejan con el sentimiento a flor de piel.
Disfruta de la lectura.
SINOPSIS
«Quiero contarte una historia de amor, la tuya. Aunque
sabrás supongo, que no todas las historias de amor acaban bien.»
Los protagonistas de estos relatos no son héroes ni viven
situaciones de vida o muerte. Se parecen demasiado a nosotros mismos. Podrían
ser nuestros vecinos, nuestros padres, nuestras parejas, nuestros amantes.
Una mujer que no puede dormir y se va al salón a escuchar el
zumbido de la televisión. Un padre que sopla las velas ante su hijo, que
también es padre. Una chica que le escribe una historia de amor a una niña que
no conocerá. Un abuelo que le habla a una fotografía. Un hombre y una mujer que
se dicen adiós en una esquina. No se conocen entre ellos pero a todos les
ocurren cosas parecidas: la vida, con sus insignificancias pero también con sus
grandes preguntas: cómo se enamora uno, por qué el amor que no se gasta se
endurece, qué es lo que nos da miedo. Deben elegir entre la vida que tienen y la
que imaginan.
En esa encrucijada nacen estas historias. Suenan ecos de
Lorrie Moore y Raymond Carver en esta primera obra de Laura Ferrero, cuya
publicación inicial en digital fue un inusual acontecimiento. Una poderosa voz
irrumpe con fuerza en la literatura en español.
Otros libros relacionados: Perdidos
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