¡Buenos días, mis muy queridos
lectores! He estado un poco desperdigada, pero no se puede evitar, una tiene
tantas cosas en la cabeza que no puede con todo.
Hace poco me contactó Virginia
Gil para que reseñara su primera novela: En la calle mayor. Tengo que reconocer
que al principio no me hizo mucha gracia porque claro, yo deduje por la
descripción de que se trataba de un cuento infantil, un género que no es de mis
favoritos. Pero, al escuchar la descripción de la propia escritora, cambié de
opinión: una novela de realismo mágico sobre la chispa de luz que todos
llevamos dentro. Reconozco que despertó mi curiosidad y tuve que leérmelo.
SINOPSIS
En la Calle Mayor de una ciudad y amurallada, sucederán hechos sorprendentes. May ve como su padre, un escritor frustrado, desaparece ante sus propios ojos en circunstancias misteriosas. Desde ese momento su vida cambia. Su madre, con la que la relación es silenciosa aumenta las horas de trabajo en el hospital, y ella tiene que ocuparse de Leo, su hermano pequeño. May deja de hablar con todo el mundo salvo con Leo. Poco a poco olvida las horas compartidas de lectura en las rodillas de su padre, y empieza a comunicarse con él a través de su diario, sin obtener respuesta explícita. Una tarde, su madre descubre un libro en el escaparate de la librería de la Calle Mayor y una fuerza desconocida le invita a adentrarse en la tienda. El libro habla de ángeles, de la magia de la vida. El libro es una invitación a utilizar esa magia para transformarse. Pero no todo ocurrirá de la manera esperada. Porque la vida nos tiene reservado exactamente lo que necesitamos y no lo que creemos necesitar. O eso es al menos lo que dicen el zapatero y la librera, los dos sabios espirituales de la Calle Mayor.
CRÍTICA
A través de los ojos de May, una
niña muy reservada que apenas habla, nos adentramos en la vida de la calle
mayor. La calle mayor es la calle principal de un pueblo como cualquier otro, llena
de gente con características peculiares e historias singulares, feliz y
desdichada, ocupada y ociosa. May ha sufrido un gran palo y desde entonces no
es capaz de hablar. A través de sus ojos veremos las peculiaridades de las
personas y como la candidez de la niña va abriendo, poco a poco, el corazón de
todos los que acaban hablando con ella.
May es audaz, aunque discreta. Cuida
con cariño de su hermanito Leo, que le da ese toque “angelical” al libro. Quiere
pasar desapercibida porque todo el mundo se mete con ella y la considera un
bicho raro, pero, cuando por primera vez su madre la apoya y le regala un
libro, decide abrirse al mundo y enseñarle que las cosas buenas ocurren si
tienes la fuerza para llevarlas a cabo. Gracias a ese libro y a su imaginación,
consigue cambiar su mundo y el de las personas de su alrededor, incluido el de
su madre, una pobre mujer asqueada de la vida por la soledad y el exceso de
trabajo.
Una de las cosas que más me
gustaron del libro es lo identificada que me encontré con esta niña. A mí también
me encantaba leer a su edad y me consideraban por ello una niña rara. La
protagonista se rodea de un elenco de personajes que te recordaran a tu época del
colegio: La profesora amargada, la sustituta encantadora, el abusón de clase,
etc. Todos ellos te tele trasportarán a tu más tierna infancia, recordándote los
valores que aprendiste entonces.
Un cuento de realismo mágico,
como nos describe la autora, que te hará mirar en tu interior y ver todo
aquello que se puede cambiar. Un cuento positivo, bien escrito y fresco. Son apenas
128 páginas y se leen en apenas 2 horas (menos, porque te engancha). Me encanta
el estilo de la escritora, sencillo y fácil de leer. Cada capítulo es una
historia breve, muy bien hiladas unas con otras. Un cuento para todo el mundo,
pero sobre todo para adultos. Este libro te muestra una cosa muy importante: no
existe la magia, puesto que la magia del libro está en nuestro interior.
¿Quieres averiguar que tienes dentro?
Recomendable para todos aquellos
que creen que todo se puede cambiar y que ven la vida con positivismo.
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